lunes, 16 de marzo de 2009

'Una profesión de futuro'

Así reza una de las campañas de reclutamiento del Ejército español y este lema, 'Una profesión de futuro', describe perfectamente las oposiciones recientemente anunciadas por el Ministerio de Defensa. Aunque los puestos tienen una duración máxima de ocho años, su "futuro" va más allá de esta vida, ya que se ofrecen diez plazas para el acceso de sacerdotes, vinculados con carácter no permanente, al Servicio de Asistencia Religiosa de las Fuerzas Armadas.

Ser sacerdote de nacionalidad española es el principal requisito, aunque también se exige, entre otras cosas, no tener más de 50 años -lo van a tener difícil para encontrar curas de menos edad- y "comprometerse a prestar el servicio con total disponibilidad y dedicación plena", es decir, no vale eso de "trabajas menos que un cura". Es necesario presentar la partida de nacimiento y bautismo legalizadas, aunque la convocatoria no dice nada, curiosamente, de la confirmación, la oveja negra de los sacramentos -hasta la extremaunción es más popular-. Lo que sí se pide es una autorización del obispo respectivo.

Por otra parte, se evaluará la capacitación teológico-pastoral de los aspirantes. Para ello se pide, primero, una memoria analítica de las líneas pastorales que enmarcaron el desarrollo de su labor ministerial, y segundo, un estudio de una de las cuatro partes del catecismo de la Iglesia Católica.

Los que tengan la suerte (yuju!) de ser elegidos realizarán, durante un periodo de tres años y mediante cursillo, un plan orgánico de formación y capacitación teológico-pastoral y castrense. Vamos, para dar hostias por todos los lados.

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